Sucedió un día cualquiera de verano. Por aquel entonces, aquella remota cala se había convertido en un maremágnum de turistas que, buscando un rincón tranquilo, habían robado la paz a aquella playa. Una zona de arena comenzó a cobrar vida, a elevarse, adquiriendo forma toscamente humanoide. Arremetió contra todos indiscriminadamente, golpeando de arena cuerpos y rostros, hasta que uno tras otro huyeron despavoridos. Cuantos intentaron retomar la pequeña cala recibieron idéntico trato. Un buen día se presentó un hombre de aspecto sencillo, bolsa en mano. Comenzó a recoger restos del suelo, ignorando los golpes estoicamente. Al rato, se postró de rodillas al borde de la marea y comenzó su letanía, pronunciando “lo siento” en toda lengua conocida y varias olvidadas. La criatura de arena dejó de golpearle, y quedó quieta, semienterrada, mirando el acceso a la playa. El hombre se levantó y se fue. El ser de arena sigue allí, vigilando.
Cybrghost
Respuesta a la 7ª Propuesta de Microrrelato a partir de una Imagen del Foro Brevedades, sobre imagen de Montse Aguilera.
Destruímos las playas y todo lo que encontramos a nuestro paso...Pero siempre hay alguien con conciencia que nos muestra el camino a seguir...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Conozco un par de playas libres que deben cobrar vida para defenderse, ahora, mientras puedan. Saludos.
ResponderEliminarDebiéramos postrarnos todos ante la naturaleza y decir lo siento.
ResponderEliminarGran micro ecológico, Cybr.
Gran micro de misterio también.
Gran micro con muchas aristas a discutir
Abrazos
Y siempre es el último que ha recibido los golpes del ser de aren...digo el más concienciado. Qué sorpresa más agradable que participes, Cyber.
ResponderEliminarEs evidente que no se fia, sigue allí, vigilando...
ResponderEliminarROSA: No tengo yo tan claro que siempre haya alguien.
ResponderEliminarYUN: esperemos que las conozca poca gente más, es su esperanza.
PATRICIA: Se nos acaba el tiempo para disculparnos, a este ritmo. Como siempre me alabas en exceso. Tiene muchísimas aristas a discutir, está muy mal escrito y no me convence nada, pero tenía que cumplir un plazo.
MONTSE: No debería sorprenderte, participé en la mayoría de las convocatorias.Y en las que no es porque la musa no quiso. Sólo soy asocial en persona, es lo que tenemos los fantasmas.
ELYSA: El autor al menos, no se fía.
Gracias por comentar.
Me gusta la imagen de una playa que se subleva, que se defiende, que espera que le pidan disculpas.
ResponderEliminarNo creo que la naturaleza se conforme con que le pidamos disculpas. Ojalá fuera suficiente con eso...
ResponderEliminarEntonces, yo debo ser un fantasma sólido..
ResponderEliminarNo está mal comprometerse con la naturaleza. Donde vivo hay numerosas calas que son paraisos antes del verano, pero que quedan siendo estercoleros por la falta de civismo.
ResponderEliminarMe gustó.
Saludos.
Y es que los hombres lo inundamos todo.
ResponderEliminarBlogsaludos
Je,je,
ResponderEliminarVenganza contra los aglomeradores.
Un abrazo post vacacional, Cyb
Me encanta! Ojalá pudieran las playas tener un vigilante así y permitir solo la entrada a quien vaya a cuidarla y quererla ¡y sin protector solar!
ResponderEliminarAbrazos
Tendría que haber un guardián por cada dos/tres hombres... es triste que el hombre anteponga la ambición a la naturaleza... ¿Qué le quedará a nuestros hijos?
ResponderEliminarBordas ese aire de leyenda plagada de realidad.
ResponderEliminarSaludillos