Shelley estaba decidida. Sería aquella noche. No le fue
difícil ocultarse en la librería tras el cierre, el vulgo no es consciente del
tesoro que allí se oculta. Esperó varias horas, no fuesen a verla desde la
calle por falta de cautela. Después se dirigió a devorar el listado de obras
que había seleccionado. Pero lo suyo eran las pócimas, no el estudio. Entonces
tomó los Diálogos de Séneca, La proporción aurea de Euclides, y un
facsímil del tratado de disección de Vesalio; llamó su atención una supuesta
transcripción del Tratado sobre la risa de
Aristóteles. Los guardó en un saco y corrió a casa. Colocó en el fuego una
enorme olla y puso a hervir los ejemplares sustraídos. Tras media hora de
cocción tomó un cuenco. Sobre la mesa de la cocina yacía un reciente cadáver.
Vertió el contenido en su boca. Tras un acceso de tos, la criatura comenzó a
manotear torpemente y balbució un cavernoso “mamá”.
Miguel Ángel Pegarz
cYBRGHOST
Relato
Presentado al “I Concurso de Microrrelatos Feria del Libro de Zamora 2014” siendo seleccionado en 5º lugar y por tanto publicado en un pequeño librito.
El librillo es una cucada, tal cual.
ResponderEliminarPero... hablo del micro. Para no ser el suyo el estudio, la prota hizo una selección curiosa. De cualquier forma lo que me gusta más es "ese amor de madre" por dotar a la criatura de cultura (eso es lo que me imagino yo, aparte de que sea la cultura quien lo "relampaguee" y le de vida)
Felicidades!
Lo mío no es el estudio y conozco muchas obras y referencias. Otra cosa es que sea capaz de "empollarlas" :-)
EliminarLas obras seleccionadas quieren simbolizar la perfección que quería lograr. El relato es muy mejorable, pero la inspiración vino el mismo día que se cerraba el plazo.
Muchas gracias por leer y aún más por comentar.
¡Enhorabuena, Miguel Ángel!
ResponderEliminarUna buena receta es este microrrelato, que has sabido cocer a fuego lento, con una buena prosa literaria y una historia que engancha hasta el final.
A seguir así.
Un fuerte abrazo.
Como comento arriba, el relato fue muy precipitado, me habría gustado poder pulirlo mucho más. Fue muy precipitado.
EliminarMuchas gracias por la lectura y aún más por el comentario.
Salud.
A mí también me ha gustado mucho este relato precipitado: la idea, la forma de expresarla, la sorpresa. Y con efectos secundarios en el lector (los buenos relatos producen eso): se pone una a pensar en qué otros libros utilizaría como ingredientes para dotar de alma a su propia criatura... si la hubiere. Aún sigo dándole vueltas.
ResponderEliminarGracias y felicidades.
La idea, aunque viniera precipitada, si me gusta, y está relacionada con el que "fracasaré" en el de RNE de mañana, me puse metaliterario. Un honor tus palabras, aunque creo que me adulas demasiado. Menos mal que no vais a conseguir que a estas alturas me lo crea :-)
EliminarUn placer y un honor tener por aquí a, parafraseando a Juan Suárez "un miembro aventajado de la Hermandad de la Libélula".
Muchas gracias por leer y aún más por comentar.
Enhorabuena Miguel Ángel!!!
ResponderEliminarHermoso librito para este gran micro. A veces cuando la campana está a punto de sonar llegan estas ideas maravillosas.
A seguir.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Gracias. Yo casi siempre trabajo sobre la campana.
EliminarGracias por leer y aún más por comentar.
Seguro que a algunos cadáveres que andan por ahí no les vendría mal una pócima de estas. Y empezar de nuevo con un mamá.
ResponderEliminarEnhorabuena, para ser precipitado, no está nada mal.
Abrazos
Yo creo que es mejor dejar zanjado lo que se zanjó.
EliminarA mi no me convence, claro que tampoco me convence cómo corrijo. El nivel es el que es, "no lo suficiente".
Gracias por leer y aún más por comentar.