Procuraba no perder
sujetándole las nalgas a la mujer de su jefe, por raro que parezca. Estaba
a un paso del despido y ella, bellezón impresionante cuya libido rozaba la
ninfomanía, le tenía acorralado en el cuarto de la fotocopiadora. Si su jefe
les sorprendía podía darse por muerto, pero, por otro lado, él hacía un caso
ciego a su esposa. Se trataba entonces de hacer una faena de dos orejas y rabo.
Debería sentirse incluso contento, podía salvar su empleo de forma muy
placentera. Nunca fallaba, y ésta vez no iba a ser menos: bajo presión siempre
tenía un gatillazo.
Miguel Ángel
Pegarz
cYBRGHOST
Para ReC. Frase de inicio obligatorio en cursiva.
Es muy simpático. Me gusta el tono y que... todo encaja, por decirlo de algún modo.
ResponderEliminarSi, va a ser mejor que no la suelte.
Pretendía ser simpático. Con que encaje me conformo, no es un texto especialmente brillante ni del que me sienta orgulloso.
EliminarGracias por leer y aún más por comentar.
El prolífico mundo de los gatillazos..XD.. si ya hay presión, imagínate si además te estás jugando el trabajo. Gracias por compartirlo Miguel :)
ResponderEliminarCreo que es mi primer relato con un gatillazo, aunque no sea mi primer gatillazo omo texto (no me gusta). Gracias a ti por leerlo y aún más por comentarlo.
EliminarJaja ay los gatillazos, no tengo claro si a la esposa del jefe le sentara bien, que se olvide de todo y la mantenga contenta, si quiere conservar su trabajo no? Jijiji
ResponderEliminarMiguel Angel gracias por las palabras que dedicas a mis micros.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
A ti por compartirlos, por pasarte a leer y por comentar.
EliminarSalud.
Ja ja ja, mezclar negocio y placer tiene consecuencias siempre, je je.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, hay un refrán muy burdo al respecto.
EliminarGracias por leer y aún más por comentar.
Salud.