¡Y le manchaba lo dedos de harina al entregar el paquete! ¡Vaya
descaro! Empezó con la sonrisa sobresaltada, luego el destacar su desparpajo y
ahora esto. Tendría que lanzarse, no podía seguir ignorando las señales.
Ella trataba de ser amable, ignorar esas miradas, esos
dobles sentidos. Pero tenía que hacer algo. Ese tipo la acosaba. Y así lo
compartió con su esposo. Al que saliera con los dedos tiznados. A ese tenía que
ajustarle las cuentas.
Miguel Ángel Pegarz
cYBRGHOST
Qué peligrosa puede llegar a ser la interpretación que le damos a los hechos más simples del día a día.
ResponderEliminarAnte la duda, ¿mejor preguntar, no?
Saludos.
Sin malos entendidos no tendría textos. :-)
EliminarGracias por leer y aún más por comentar.
Salud.
Ajustar las cuentas al de los dedos tiznados es un buen final para un micro en el que el 'acoso", tal y como yo lo entiendo, se queda en algo demasiado liviano tal y como tú lo cuentas. Por eso he de suponer que aquí hay doble sentido y esta mujer se siente "acosada", pero realmente quería llamar la atención del marido. Puntos de vista, me parece un título excelente, tal y como yo lo he entendido. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarRealmente no cuento nda. Realmente creo que tu puedes ver como un monstruo a uno o una exagerada a la otra. Realmente puede que haya algo de verdad en ambos....
EliminarCelebro que te guste el título soy aún peor titulando que con el resto.
Muchísimas gracias por leer e infinitas por comentar.
Salud.